ENFERMEDADES MÁS CORRIENTES
DOLOR DE ESPALDA
que el hombre adoptó la posición erguida,
como la espalda no está diseñada para permanecer
recta y en posición vertical, aún se resiente
por esta posición que no le es natural. Si a ello se
añade los movimientos que a veces se realizan,
en particular cuando se levanta algún objeto de peso
considerable, sin tener en cuenta los efectos que
puede tener sobre la columna vertebral, se
producirán con frecuencia los dolores y las
molestias que sufren muchas personas en su espalda.
Además, aunque con menor incidencia, debe tenerse
en cuenta las diversas enfermedades que pueden
producirse en los huesos de la espalda y los dolores
que, a modo de reflejo, ocasionan dolencias originadas
en otras partes del cuerpo.
ESTRUCTURA OSEA
Al hablar de los dolores de espalda nos referimos a todos los que recorren el dorso del tronco humano, desde la última vértebra cervical hasta la última lumbar. En el dorso se encuentra la columna vertebral, formada por 7 vértebras cervicales, 12 dorsales, de las que parten las costillas, 5 lumbares, de mayor tamaño y otras 5 fundidas que integran el sacro. En el extremo inferior hay 5 vértebras más pequeñas que componen el cóccix.
Las primeras 24 vértebras, es decir, las no fusionadas, están separadas entre ellas por discos de cartílago, en cuyo interior hay una sustancia blanda, gelatinosa, que les permite expandirse y contraerse; estos discos actúan como amortiguadores de la columna e impiden la fricción entre las vértebras.
En los dos extremos, superior e inferior, de la columna se sitúan los huesos que dan soporte a los brazos y las piernas respectivamente. Los soportes superiores, que conforman la zona escapular, son las clavículas y las escápulas u omóplatos, conectados a los brazos por la cabeza del húmero; los inferiores, que componen la zona pélvica, son el sacro y el hueso coxal; la unión con las piernas se hace mediante la cabeza del fémur.
Cuando se realiza una actividad física, las vértebras de la región lumbar son las que soportan la mayor tensión, por lo que se resienten o lesionan con más facilidad.
Las causas de los dolores y las molestias que se sufren en la espalda son muchas y de muy distinta índole; pueden producirse por una anomalía de algunos de los huesos que la forman, por un accidente, por una enfermedad en otra parte del cuerpo e, incluso, por problemas de tipo psicosomático.
Al hablar de los dolores de espalda nos referimos a todos los que recorren el dorso del tronco humano, desde la última vértebra cervical hasta la última lumbar. En el dorso se encuentra la columna vertebral, formada por 7 vértebras cervicales, 12 dorsales, de las que parten las costillas, 5 lumbares, de mayor tamaño y otras 5 fundidas que integran el sacro. En el extremo inferior hay 5 vértebras más pequeñas que componen el cóccix.
Las primeras 24 vértebras, es decir, las no fusionadas, están separadas entre ellas por discos de cartílago, en cuyo interior hay una sustancia blanda, gelatinosa, que les permite expandirse y contraerse; estos discos actúan como amortiguadores de la columna e impiden la fricción entre las vértebras.
En los dos extremos, superior e inferior, de la columna se sitúan los huesos que dan soporte a los brazos y las piernas respectivamente. Los soportes superiores, que conforman la zona escapular, son las clavículas y las escápulas u omóplatos, conectados a los brazos por la cabeza del húmero; los inferiores, que componen la zona pélvica, son el sacro y el hueso coxal; la unión con las piernas se hace mediante la cabeza del fémur.
Cuando se realiza una actividad física, las vértebras de la región lumbar son las que soportan la mayor tensión, por lo que se resienten o lesionan con más facilidad.
Las causas de los dolores y las molestias que se sufren en la espalda son muchas y de muy distinta índole; pueden producirse por una anomalía de algunos de los huesos que la forman, por un accidente, por una enfermedad en otra parte del cuerpo e, incluso, por problemas de tipo psicosomático.
DOLENCIAS MAS FRECUENTES
*Lumbago
El más frecuente de los dolores de espalda es el lumbago, cuya mayor incidencia se encuentra en las personas adultas, sobre todo en aquellas que superan los cuarenta años, El lumbago es un dolor que se localiza en la zona lumbar, pero es frecuente que se irradie hacia las nalgas y los muslos. Suele remitir con reposo, con la aplicación de calor y con suaves masajes manuales, y con la acción de analgésicos.
Cuando desde otra parte del cuerpo, donde se haya producido una enfermedad o una lesión, el dolor de irradia hacia la región lumbar, recibe el nombre de lumbar sintomático.
*Prolapso uterino
Es frecuente que las embarazadas sufran dolor de espalda, en particular durante los tres últimos meses del embarazo, porque se suele producir un aumento de la concavidad dorsal de la columna (hiperlordosis lumbar) para compensar el peso del feto.
Si el dolor se produce desde los primeros meses
retroversión uterina -una rotación hacia atrás del útero-
desaparezca merced al crecimiento del útero.
Es frecuente que las embarazadas sufran dolor de espalda, en particular durante los tres últimos meses del embarazo, porque se suele producir un aumento de la concavidad dorsal de la columna (hiperlordosis lumbar) para compensar el peso del feto.
Si el dolor se produce desde los primeros meses
del embarazo, es probable que obedezca a una
retroversión uterina -una rotación hacia atrás del útero-
producida
con anterioridad al embarazo y que, como
síntoma
característico, produce una sensación urente
durante la menstruación.
En este caso
el dolor remitirá a partir del
tercer mes, cuando la retroversióndesaparezca merced al crecimiento del útero.
*Hernia discal
Los discos intervertebrales, que permiten el movimiento articular de las vértebras sin fricción entre sí, pueden herniarse, es decir, salir de su lugar por una sacudida fuerte y brusca. La persona afectada puede incluso oír el chasquido que produce su desplazamiento, así como también sentir un repentino y fuerte dolor local, y su irridiación a través de una de las piernas hasta llegar al pie.
Una vez salido un disco de su lugar, ejerce presión sobre los ligamentos y los nervios inmediatos, produciendo un dolor intenso que aumenta si, además, entra en contacto con la cubierta de la médula espinal, aunque esta posibilidad es más remota. La zona donde se ha producido una hernia discal queda tan sensibilizada que la simple tos de un estornudo puede producir un dolor muy agudo.
El disco puede herniarse por completo, pero si sólo la hace en parte, quedará pinzado por las vértebras y puede partirse con relativa facilidad.
Los discos intervertebrales, por efecto de un proceso degenerativo que se desarrolla con la edad, como la artrosis, pueden desgastarse hasta llegar a producir dolores intensos e incapacidad.
Los discos más afectados por este desgaste, o disminución de su densidad, son los de la región lumbar, donde se produce un aumento de tensión sobre las vértebras y sobre los ligamentos de soporte, y se crean espolones óseos que suelen ser muy dolorosos.
Los discos intervertebrales, que permiten el movimiento articular de las vértebras sin fricción entre sí, pueden herniarse, es decir, salir de su lugar por una sacudida fuerte y brusca. La persona afectada puede incluso oír el chasquido que produce su desplazamiento, así como también sentir un repentino y fuerte dolor local, y su irridiación a través de una de las piernas hasta llegar al pie.
Una vez salido un disco de su lugar, ejerce presión sobre los ligamentos y los nervios inmediatos, produciendo un dolor intenso que aumenta si, además, entra en contacto con la cubierta de la médula espinal, aunque esta posibilidad es más remota. La zona donde se ha producido una hernia discal queda tan sensibilizada que la simple tos de un estornudo puede producir un dolor muy agudo.
El disco puede herniarse por completo, pero si sólo la hace en parte, quedará pinzado por las vértebras y puede partirse con relativa facilidad.
Los discos intervertebrales, por efecto de un proceso degenerativo que se desarrolla con la edad, como la artrosis, pueden desgastarse hasta llegar a producir dolores intensos e incapacidad.
Los discos más afectados por este desgaste, o disminución de su densidad, son los de la región lumbar, donde se produce un aumento de tensión sobre las vértebras y sobre los ligamentos de soporte, y se crean espolones óseos que suelen ser muy dolorosos.
*Osteoporosis
y producir molestos dolores, se cuenta la osteoporosis,
que, como su nombre indica, es un aumento de la
porosidad de los huesos; esta enfermedad aumenta su
incidencia con la edad, por falta de calcio, fosfatos y
otros minerales que proporcionan solidez a los huesos.
Es bastante corriente que, al envejecer, la osteoporosis
provoque un paulatino y simultáneo torcimiento y rigidez
de la columna vertebral, con los consiguientes dolores
y molestias, que, además, suelen perdurar en las horas de reposo.
Además, los huesos afectados por esta descalcificación
están mucho más expuestos a las fracturas cuando se
produce una caída, lo que no suele ser infrecuente entre los ancianos.
*Cálculos biliares
La vesícula biliar puede tener cálculos sin que por ello se vea afectada la espalda, pero cuando uno o varios de éstos bloquean el conducto biliar, suele sentirse de inmediato un dolor intenso en la región anterior del abdomen, debajo de las costillas derechas, que con frecuencia se irradia hacia la espalda. El dolor puede durar desde unas dos horas hasta un período de tres o cuatro días.
*Herpes zoster
Se trata de una enfermedad infecciosa producida por un virus y caracterizada por la inflamación de ciertos ganglios nerviosos, el dolor a lo largo del nervio afectado y la aparición de un rosario de vesículas en la piel que cubre el trayecto de dichos nervios.
Dado que el dolor precede en varios días a la aparición de las vesículas típicas de esta enfermedad, y guarda mucha similitud con el de la hernia discal, a menudo resulta difícil el diagnóstico inicial.
*Otras causas
Aunque es muy infrecuente que se produzca y desarrolle
un tumor maligno en las vértebras, no lo es tanto que
aparezcan en ellas metástasis de tumores originados
en otras partes del cuerpo. Los síntomas de esta dolencia
son el cansancio y un progresivo deterioro general. El
diagnóstico se hace por medio de radiografías o de
gammagrafías óseas. El tratamiento corriente consiste en la
aplicación de radioterapia, con el fin de detener la evolución
del tumor y aliviar los dolores que origina.
Otra enfermedad de rara incidencia en la actualidad es la
tuberculosis vertebral, que causa dolores locales y abscesos
en los músculos, y que también puede ser diagnosticada por radiografías.
Los dolores de espalda sin una causa física comprobada suelen ser manifestaciones de carácter psicosomático, por lo cual corresponderá a un especialista en ese campo establecer las causas subyacentes, a fin de erradicarlas para que desaparezcan los dolores.
TRATAMIENTO
Debe ser el médico quien determine el tratamiento concreto que corresponde al dolor que acusa la espalda. No obstante, los dos elementos principales en que se basa el tratamiento corriente de los dolores, cuyo grado oscile entre moderado y severo, suelen ser el reposo absoluto y la administración de analgésicos. El paciente debe permanecer acostado en la cama e inmóvil, en la posición en la que sienta menos dolor; este reposo debe ser estricto y no debe levantarse en absoluto.
Entre las medidas que pueden tomarse para contribuir a la mejoría natural del paciente, se encuentra el proporcionarle una cama dura, añadiendo una tabla bajo el colchón, y almohadas o cojines para que, utilizados como cuñas en los lugares de dolor localizado, lo alivien. La inmovilidad ayudará a disminuir la tensión sobre los músculos, los ligamentos o los discos que hayan sufrido deterioro.
Las distensiones musculares suelen mejorar en el plazo de unos pocos días, mientras que los esguinces y roturas fibrilares requieren, por lo general, un mínimo de 10 a 15 días. Si se trata de una hernia discal, sin embargo, el reposo deberá hacerse durante 15 días, como mínimo. Sólo cuando el dolor es leve e intermitente, característico de una enfermedad degenerativa, el reposo deberá cumplirse en períodos cortos y acompañarse de ejercicios específicos para no perder el tono muscular y mantener la integridad ósea.
Si los dolores, además de ser severos, son persistentes, corresponderá al médico disponer los procedimientos que deben aplicarse, así como también los medicamentos que deben administrarse. No debe olvidarse que algunos dolores son originados por lesiones cuyo tratamiento puede implicar una intervención quirúrgica.